Sigue siendo muy de noche, la Luna apenas y se ha ocultado tras las mantas grises del cielo, me pregunto: ¿Qué deb…… qué voy hacer de ahora en adelante?, los acontecimientos referentes a mi persona no son tan lejanos, es más sucedieron apenas unos instantes, en mis sueños (Mi mundo). Puedo describir las emociones que recorrieron mi columna vertebral con tanto detalle así como también el sentimiento que me produjo cada uno de los elementos en tales lúcidos lares, sin embargo no sé por dónde comenzar. No, esta vez no tengo un testigo que valide mis palabras, (Esta vez estoy sola), ahora mismo me encuentro sentada frente a mi escritorio con la lámpara a mi lado e ignorando todo cuanto a mi alrededor, como si una niebla densa y oscura cubriera la circunferencia de mi presencia, (¡Basta de rodeos!)... El problema no es mi inseguridad al momento de escribir, mi dilema es redactar para poder darme a entender, a pesar que nadie leerá estas memorias, (Porque nadie debe esperar por este testimonio), más daré lo mejor de mí, para bien o para mal, eso intentaré hacer. Esta es, por completo, la vida que derramo en páginas albugíneas, un memorándum onírico…… (Mi diario de los sueños).
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Pagina 1: Madotsuki
Los sueños son soberbios y, para muchos, incomprensibles, solo basta con tener control sobre uno mismo y podrá ser rey de su propio orbe (o esclavo de su inherente averno). Ahora mismo estoy afuera del balcón, observando un, antes cielo ennegrecido y ahora, fulguroso firmamento. Con mucho “cuidado” me asomo por el borde de las barandas y no logro encontrar su consumación, veo el fin del espacio y me asombro de los marcados confines, esto es… ¡Esto es demasiado! (~hermoso).
Entrando con prisa por el único paso, así me enfrento a mi ¿habitación?, un poco cambiado pero, el concepto es el mismo. Una cama, un escritorio, un librero, una lámpara y una televisión… ¡Hey! ¡Mi consola no está! (Pequeños detalles, nada importantes), me daban a entender que esto era un sueño, sea por qué mi diario no está, la consola ha desaparecido o que al prender el televisor solo sintonice la iris de un fisgón, siempre observándome. Como ya estaba por sucumbir gracias al desasosiego, decido mejor apagar el aparato y seguir con mi camino. Sin inmutarme, a pesar de mi inquietud interna, comienzo con sostener el pomo de mi puerta (¡Por fin!). Nada me detiene, nadie puede entrometerse, doy un giro pausado y descubro lentamente la salida…… apenas y mantengo los ojos abiertos, entrecerrados para no desvelar completamente el paisaje, suponía un gran panorama como aquellas imágenes que guardaba en mi imaginación o alusiones de mi vida anterior: quería que todo se me diera a la mano y esforzarme lo más mínimo que pudiera para descubrir quién soy yo, sin embargo y rompiendo todo paradigma ahora mismo estoy delante de doce puertas más, cada una distinta a la anterior y con un decorado y relieve algo turbador. ¿Dónde estoy? (El Nexo)
– ¡Hola? – No dirijo palabra alguno, creo que no son necesarias, más esperaba una respuesta a la pregunta “jamás” mencionada, nada. Despacio, me encamino a mirar detenidamente cada puerta, cada entrada a un lugar diferente, necesitaba terminar lo más pronto posible (Ahora es solo un simple deseo contra la “realidad”), por ello fijo el mirar a las dos últimas puertas de este aposento tan reducido. El del lado derecho luce más normal para inducir confianza, pero – ¿Esto no es un sueño? – Claro está que ningún mal saltaría a mí ser o una catástrofe sería desatado en torno a mí persona, aunque lo consideraría una perdía de tiempo, figurando que en este terreno onírico todo no es lo que parece, me seduce la idea que la puerta derecha es la correcta, con más seguridad me oriento a mi elección, puede que más adelante lo agradezca (A pesar que en estos instantes esté maldiciendo mi suerte).
Estremecedor, horripilante, enloquecedor y demás equivalente, esta zona no puede ser descrito pero si el sentimiento que atrae y ese es expectación, vaya lugar acabe llegando. No había direcciones: sentía estar flotando y no había suelo visible solo un cimiento como sacado de los cuadros de Dalí más, a pesar de todo, estaba firme mi caminar y no tenía problemas de estabilidad. Mis aledaños andares estaban compuestos de las losetas más estrafalarias posibles, si me quedaba parada podría jurar que el fondo se movía aunque el “piso” estaba estático, esto es… demasiado ¡extraño! (Y muy familiar).
– Necesito moverme – el suelo se sentía extremadamente peculiar, cada loseta daba un sonido diferente al andar sobre ella, cada una de ellas mantenía una textura fuera de lo común, parecían estar dispuestas al azar, sin embargo mientras más deambulaba, notaba líneas rectas o círculos cuasi-perfectos, (Dibujaban una figura imaginaria). Seguía en muchas ocasiones patrones de mosaicos, creyendo que formaba un camino, rodee la misma “imagen” más de seis veces, lo único rescatable fue encontrar un baño para mujeres, no logré divisar nada más. – Esto es aburrido – ¿así serían las demás “estancias”? ¿Con esto tengo que lidiar en cada momento? Creo que estaba mejor encerrada en mi habitación, sin embargo y cuando estaba por tomar la vereda devuelta a la puerta, a lo lejos noto algo extraño, la senda que supone lleva a un baño público es en realidad otro “camino de Nazca”, casi corriendo me disparé a recorrerlo, más me cansaba en cada instante, como si la atmosfera de este mundo sea más pesada de lo normal o me obligue a solamente caminar. – Necesito un descanso – dolor físico no sentía, de todos modos una pequeña presión en la cabeza estaba acabando con mis ánimos, una vez de haber recobrado la estabilidad mental requerida seguí con mi misión, averiguar que está sucediendo en este lugar.
Algo me ha estado llamado desde hace un rato… (Un zumbido en mis oídos susurraba una cadencia sofocante), tuve que aguantar mis ganas de tener que gritar, puesto que las losetas nuevamente estaban distribuidas hasta abarcar un terreno más amplio, no sé, creía que se concebiría un portón u otra entrada como eso de subir niveles, pero nada. Logrando sacar la paciencia de mi subconsciencia, cometo el mismo ritual, rodear la figura hasta encontrar otro patrón u otro camino que explorar pero no tomó mucho tiempo antes que mi atención fuera desviada por otra situación (A lo lejos oteo un elemento necesario para el viaje). Rodeado por esas losetas tan extravagantes, estaba parado ahí mismo una bicicleta. Acercándome con la mayor rapidez posible, me detengo al frente de aquel incitante artefacto, sin darme cuenta caigo en la tentación que querer usarlo, cansada de estar siempre andando y con una velocidad que en verdad exaspera. No demoro en darme cuenta que gracias a la ayuda del vehículo mi velocidad es al menos el doble de rápido que cuando andaba de pie, así ahorraré más tiempo, siguiente parada regreso a la raíz de los mundos, (¡Aún falta por explorar en este cuarto!).
– ¡Pero qu…! –Subiendo de donde estaba la bicicleta se encontraba algo parecido a un ascensor – ¿subterráneo? – Lo dudaba, más estoy en un lugar fuera de la realidad, donde los límites y las fronteras entre la imposibilidad y la fantasía se funden hasta no saber cuándo pasamos de un lado al otro, – solo hay un modo de saber que es – ignorando que al lado derecho estaba mi salida sigo ascendiendo hasta tener el elevador delante de mí. Muy desconcertante el hecho que ese “cubo” me vaya a llevar algún lugar de importancia, dispuesto a regresar escucho el sonido indiscutible de un tren, no había cabida para la duda, – ciertamente es algún tipo de metro – por fin había salido al “exterior” (Puede ser), en solo unos segundo ya tenía las puertas corridas esperando a que entrara al elevador, sin mucha demora obedezco aquel instinto de aventura (Lo confundes con el de tu subconsciencia, pero dejemos al lado esos problemas). Al ver nuevamente las puertas abrirse y salir para observar el nuevo ámbito, noto dos escaleras eléctricas, uno bloqueado y otro direccionado a más abajo, no me queda otra opción que seguir bajando.
(Comienza a ser divertido, empieza a ser lógico)
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